Todo cambia, dijo Heráclito, y nunca como hoy me había dado cuenta del alcance de esa afirmación. Las personas cambian de ideología o la adaptan a los nuevos tiempos en donde la línea que separa el bien y el mal se diluye en nuestra sociedad. Buena prueba de ello la tenemos en nuestro presidente, el español digo. Sí, ahora dice diego y lo dice tan convencido que dan ganas de creerle. Las presiones son diplomáticas y éso no es malo si lo comparamos con las de las armas. La libertad está en boca de todos, como antes lo estaba la acción en nombre de Dios, y lo mismo sirve para pedir derechos básicos que para aplastarlos. Como la línea está tan poco visible se tiene uno que esforzar muy mucho para entender algo. Lo más fácil es pasar y ocupar las energías en el propio disfrute -si se puede- entreteniendo la mente en cosas concretas y cercanas, o arrimarse a un grupo de ideología parecida a la nuestra y aceptar sumisamente las directrices que dan otros.Ir en solitario sin entregarse, es una odisea. Siempre lo ha sido, pero en otros tiempos las cosas estaban más claras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario