Por primera vez en mi vida he podido aspirar profundamente al entrar en los bares que, por un motivo u otro necesito frecuentar. Unos por cercanía, otros por limpieza, algunos por sus sabrosos biquinis... las más de las veces por ir al lavabo. Pocas son las ocasiones que entro en una antro de humo por gusto, porque cuando puedo elegir me voy a los otros. Pero hoy, si he inhalado algo de tabaco ha sido en la calle, al pasar junto a algún o alguna fumadora. Como eran segundos, lo he soportado. También las malas caras de algunos y las críticas a la ley antitabaco, pero yo estoy echa unas pascuas, agradecida a quien ha promulgado la ley y a quienes, pese a todo, la han empezado a cumplir. Porque a mí no es que me moleste el humo, lo que me molesta soberanamente es coger un cáncer de pulmón u otras patologías asociadas, sin haber fumado un cigarrillo en mi vida -bueno, uno en una boda- Y los derechos y la libertad de los fumadores a poner en riesgo su vida se los concedo totalmente, pero no que pongan en riesgo la mía ni la de las personas que quiero. El humo de los cigarros o puros o pipas sale de la boca o nariz de los fumadores y entra por la boca o nariz de los no fumadores. Es como estornudar en la boca de otro, o escupir.... solo que con posibles consecuencias todavía más graves.
Bien, ya se que no voy a convencer a nadie, pero mientras dure la ley... ¡¡¡VIVA!!!
1 comentario:
Sí!! Por fin!!! Yo nunca he aguantado mucho en los bares o discotecas porque el humo además de ahogarme me destroza los ojos.. y ahora por fin podré entrar tranquila.. ya era hora, sinceramente!
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