No entiendo por qué las autoridades se empeñan en mantenernos a los ciudadanos en una eterna minoría de edad. Y esta obsesión de creerse por encima, la tienen tanto las autoridades sanitarias como las políticas (al fín y al cabo, todo es política). El tema viene a cuento con la noticia que aparece hoy: "Los alérgicos al huevo deben evitar la vacuna de la gripe A" . Y la noticia aparece después de miles de personas vacunadas, entre ellas embarazadas, a las que se recomienda encarecidamente que se vacunen.
Para tomar libremente una decisión sobre algo lo primero que se necesita es tener información. Y cada persona tiene el derecho de elegir cómo quiere ser tratada, desde su libertad para acertar o para equivocarse en la elección. "«Lo razonable es pensar que en España ya se están produciendo reacciones adversas entre los vacunados contra la gripe A, pero no conocemos esas notificaciones –afirmó ayer el doctor Joan Ramon Laporte, director del ICF–. Los ciudadanos tienen derecho a disponer de esta información»."
Creo que esas mismas autoridades que se empeñan en ocultarnos datos, para que no cunda la alarma, lo que temen en realidad es que se les vaya el poder de las manos. No hay cosa más peligrosa para los políticos que las personas piensen por su cuenta, tomen iniciativas propias y se organicen de forma que ellos no puedan controlar. Es un miedo ancestral a la anarquía que hace que busquen justificaciones para seguir manteniéndonos al margen de lo que ocurre en realidad. Demasiada prepotencia, demasiada usurpación de una información a la que tenemos derecho, ya que hemos contribuído a pagarla con nuestro sueldo.
"... La campaña antigripal se inició en España el pasado 16 de noviembre y ya han sido vacunadas más de 65.000 personas.
El ICF, indicaron sus responsables, pretende atenuar esta eventual desinformación pública y, a partir de ahora, incorporará cada semana en su página web –www.icf.uab.cat– los últimos datos relevantes sobre la farmacovigilancia de la vacuna que le sean comunicados..."
Algo es algo.
28/11/09
26/11/09
HOMBRES
Para luchar contra una lacra hay que ponerla en el punto de mira, concentrarnos en ella para verla bien, entender sus mecanismos de defensa para desactivarlos. Algo así como transformar la realidad en blanca o negra, sin matices, para no perder la fuerza necesaria para el combate. Porque entiendo que en muchos temas y ocasiones no queda más remedio que hacerlo así y, como yo, muchas y muchos aceptan las campañas de concienciación -en este caso contra la violencia machista-, me he alegrado de leer este artículo de Maruja Torres. Yo también brindo por los míos.
19/11/09
EN MILÁN: "GRAVE VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS"
Según Amnistía Internacional el desalojo de los gitanos "realizados sin protección legal de los afectados, están prohibidas por el derecho internacional y constituyen una grave violación de los derechos humanos". Leer la noticia
11/11/09
LA MUERTE NO REPARA NADA
"Ejecutado con una inyección letal" Y ya está. Aquí se acaba una historia. Las leyes han hecho su camino y el declarado culpable paga con su vida. No devuelve nada, no repara nada, es un asesinato legal al que los familiares de las víctimas se sienten con la obligación y/o el derecho de asistir. No les devuelven a los suyos ni tampoco la dignidad, ya que nunca la perdieron, pero se quedan tranquilos porque ha operado la ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente. El antiguo testamento en una sociedad moderna, en una democracia moderna. Una sociedad que se permite legalizar los bajos instintos y darles un calificativo de moral. A mí la olor a muerto no me lo parece, ni tampoco legal. Porque las leyes las hacemos las personas y ya sabemos por experiencia histórica cuánto nos equivocamos y cuan injustos llegamos a ser. Pero lo peor de todo es apearnos del camino que nos hace menos animales.
Me duele su muerte, como la de cualquier persona a la que asesinan.
La noticia
Me duele su muerte, como la de cualquier persona a la que asesinan.
La noticia
3/11/09
EJEMPLOS VIVOS
Se nos han ido casi a la vez tres ancianos que han empleado su larga vida en aportarnos a los demás cosas tan esenciales como la poesía, la imaginación, la ciencia aplicada al estudio humano, con todas sus implicaciones. Me refiero a Francisco Ayala, a José Luís López Vázquez, a Lévi-Strauss. Me alegra que hayan vivido tantos años, y que hayan salido indemnes de tánto como han visto -y no todo bueno- en este largo siglo XX que hemos dejado atrás. Son ejemplos vivos (lo siguen siendo en nuestro imaginario) a seguir, por lo menos a valorar, sobre todo en estos días en que los casos turbios de corrupciones o corruptelas rebotan en nuestros oídos día sí, día también.
Estos días, digo, se escucha de todo. Desde unos lavabos públicos escuché -sin verlas- a unas señora que se quejaba de cómo estaba el país y otra que le contestaba que no era para tánto, que lo que hacían esos señores no era robar y que ella en su lugar haría lo mismo.
Hoy por la tele unos comentaristas repetían más de una vez que nadie podemos tirar la primera piedra porque todos cometemos fraudes, aunque sea de bajo nivel. Me ha parecido que con ese argumento quería tapar la boca de muchos.
Por suerte, hoy tengo a tres ejemplos vivos (repito) de personas honestas que han dedicado sus largas vidas a enriquecernos y no a robarnos. Porque hay que llamar las cosas por su nombre y denunciarlas cuando las veamos, no para tirarles piedras a los ladrones, sino para atarles las manos. Y si es cierto que todos hemos cometido alguna ilegalidad, no por ello nadie tiene el derecho de igualarnos a esos depredadores. Es cuestión de grado, de cantidades, de responsabilidades, de consecuencias. Es ver la diferencia entre un pobre chorizo y un ladrón de guante blanco.
Estos días, digo, se escucha de todo. Desde unos lavabos públicos escuché -sin verlas- a unas señora que se quejaba de cómo estaba el país y otra que le contestaba que no era para tánto, que lo que hacían esos señores no era robar y que ella en su lugar haría lo mismo.
Hoy por la tele unos comentaristas repetían más de una vez que nadie podemos tirar la primera piedra porque todos cometemos fraudes, aunque sea de bajo nivel. Me ha parecido que con ese argumento quería tapar la boca de muchos.
Por suerte, hoy tengo a tres ejemplos vivos (repito) de personas honestas que han dedicado sus largas vidas a enriquecernos y no a robarnos. Porque hay que llamar las cosas por su nombre y denunciarlas cuando las veamos, no para tirarles piedras a los ladrones, sino para atarles las manos. Y si es cierto que todos hemos cometido alguna ilegalidad, no por ello nadie tiene el derecho de igualarnos a esos depredadores. Es cuestión de grado, de cantidades, de responsabilidades, de consecuencias. Es ver la diferencia entre un pobre chorizo y un ladrón de guante blanco.
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