SILENCIO

Llevo días y días oyendo, viendo, leyendo sobre Obama y a mí misma me sorprende el silencio que se ha instalado dentro mío, al respecto. Es un silencio de respeto, de sorpresa, de miedo.

Respeto por una persona lo suficientemente valiente y, al parecer honesta para querer cambiar el curso de la Historia. Respeto por las millones de personas que le han votado y otros que también le hubiésemos votado de haber podido, y que buscamos un mundo mejor.

Sorpresa porque después de Busch y su política, era impensable que alguien con las ideas de Obama subiera al poder. Sorpresa porque en un país que votan Busch puedan votar Obama (En España también fue sorprendente que la gente que votó Aznar pudiera votar Zapatero)

Miedo porque depositar tánta responsabilidad en una sola persona es una locura. Miedo a volver a desilusionarme, a volver a desesperarme de ver cómo andamos un pasito adelante y dos o tres hacia atrás. Miedo a que esa gente que ha confiado en Obama tiren la toalla cuando empiece a ser presa de los grandes capitalistas que son, al fin y al cabo, los que mueven los hilos del mundo. Miedo a que los jóvenes pierdan la ilusión y la esperanza.