12/2/09

LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN


Llevamos una temporada que no damos abasto a digerir todo lo que está pasando a nuestro alrededor. Cada día se acumulan las noticias, casi ninguna buena, o quizás es que las malas dan más morbo y venden más, no se. La crisis, que parecía aquel lobo que nunca llegaba de tanto temerle, ha empezado a devorar familias enteras, y no creo que sean precisamente familias de banqueros ni de políticos. Los empresarios piden el despido casi gratuito de los trabajadores para solucionar sus problemas y argumentan que con ello habrá más trabajo... ¿Creerán que somos tontos?. El gobierno se vuelve más permisivo con empresas que atentan contra el medio ambiente como los campos de golf y el PP está interpretando una parodia carnavelesca, adelantándose al calendario. La Iglesia y Berlusconi se erigen defensores del sufrimiento humano y condenan a los misericordiosos que han dejado de alimentar un cuerpo sin vida humana...

La última hora sigue por el mismo camino: niñas vacunadas contra el papiloma humano tienen "síntomas adversos"y algunas están graves, pero las autoridades contradicen las cifras que dan los periodistas. ¿Para no asustar a la gente? Yo diría que lo que más asusta en el mundo es la incertidumbre, la verdad a medias.

Nos vamos a los extremos, sobre todo en situaciones de tensión o de peligro, sobreactuamos o nos quedamos paralizados y, casi siempre echamos la culpa a los otros. También es cierto que ante tiempos difíciles se agudiza el ingenio -para bueno o para malo- y los despabilados arramban con lo que encuentran. Lo de menos es que lo que encuentren sean personas.

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