Llegaron las rosas, los poemas, la luz de Abril, aunque sea en sus últimos días. El día de Sant Jordi es, para los catalanes, un día mágico, en el que olvidamos las miserias humanas para sumergirnos en mundos imaginarios, en poemas que nos acercan delicada o drásticamente a sentimientos olvidados o escondidos en los entresijos del alma. Y es curioso que no nos importe pagar por regalar-le o regalar-se una rosa, puede que se deba a que la flor, como los libros, nos aleja definitivamente de nuestra animalidad.
Pasó Sant Jordi y aún quedan días a Abril; con lloviznas, con días radiantes, con neblinas matutinas, con los pétalos de nuestra rosa desperezándose cada día un poco más. Podemos guardarlos entre las páginas de ese libro que vamos a leer en cuanto podamos. También podemos ponerlos entre la orgánica. Yo he secado alguna vez mi rosa(boca abajo para que no se caigan los pétalos). Pero lo que realmente he guardado para siempre es la magia de ese día.
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