Las consecuencias de la energía atómica están mostrándose de la manera más horripilante que nos podíamos imaginar. En Japón están apareciendo en el mar cadáveres humanos radiactivos. No se pueden tocar, ni analizar, ni enterrar o incinerar. De cualquier forma contaminararán el entorno con su radioactividad. ¿Podemos ponernos en el lugar de sus parientes o amigos vivos? ¿A alguien se le ocurre lo que pueden sentir esas personas?
He visto un vídeo de la concentración que en Barcelona hicieron los ecologistas por el cierre de las centrales nucleares y en solidaridad con las víctimas de Japón. Los que hablan no son iletrados. Hablan desde el conocimiento y la indignación. Tienen razón cuando acusan a los que defienden las nucleares, a sus responsables, de estar cometiendo crímenes contra la humanidad. La nube, las aguas radiactivas, como también la cadena alimentaria recorren todo el planeta. Ya nos ha llegado a España el yodo radiactivo. Nadie se escapa. Mientras, como dicen los del vídeo, los medios de comunicación se callan toda la información que conocen y que no transmiten. A los japonenses les están engañando para que no se rebelen, pero a nosotros también.
Video 15 minuts, per Okupem les Ones: http://www.blip.tv/file/4902023#
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