Le llaman el Robin Hood catalán. Pero hay una diferencias notables: L'Enric no roba a los ricos para dárselo a los pobres, como Robin, él ha estafado (robado, si así se le quiere llamar) dinero a los poderosos para dárselo a los que luchan contra la pobreza y la ambición desmedida de tántos que, bajo una apariencia de civilización avanzada, hacen y deshacen con nuestros recursos, los de todos, se quedan la mayor parte y nos ofrecen una migajas que nos permiten estar toda la vida endeudados para conseguir un piso donde vivir. El caso es que este juego perverso se ha impuesto, poco a poco, casi sin darnos cuenta y nos lo venden como el no da más. Todos tenemos la convicción interna de que esos intereses que nos cobran los bancos son un robo descarado, pero no tenemos manera de frenar esta forma de vida y la aceptamos como un mal menor.
Mi primera reacción cuando me enteré de la acción de l'Enric fue de asombro. Después de rechazo: Yo no creo que el fin justifique los medios, porque también las guerras tendrían justificación. Después he leído, le he escuchado en el vídeo que ha grabado, y le he entendido. Yo no lo haría, ni recomendaría a nadie que yo quiera que lo hiciese, pero lo he entendido. Y deseo que no le encarcelen. Es más, quisiera que los que se hayan escandalizado como yo en un primer momento, intenten situar esta acción en el contexto de la situación económica mundial y adviertan que lo que nos está diciendo este joven es: No aceptemos lo que consideramos injusto, imaginemos otro mundo más solidario y menos corrupto y unámonos para conseguirlo. Cada uno a su manera, como pueda.
ENTREVISTA CON ENRIC DURAN
Dos entidades ya han denunciado al activista estafador
retrocedemos como los cangrejos... pero más deprisa. No obstante, muchos seguimos contra viento y marea.
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