Decrecer no significa ir hacia atrás o hacia abajo. La palabra en sí es una llamada de atención de un movimiento que plantea no gastar más de los recursos que hay en el planeta. Sólo éso. Mi madre diría que se trata de no estirar más el brazo que la manga y yo lo plantearía como Desaprender la falsa creencia de que todo lo podemos para aprender a vivir con lo que tenemos de la manera más eficaz.
Veamos: Vivimos la vida que tenemos y somos lo felices o lo desgraciados que en muchos momentos nos sentimos. De repente, algo importante nos ocurre, a nosotros o a otros que significan mucho para nosotros. Y todo cambia. El valor de las cosas se transmuta y nosotros también cambiamos. ¿Quién dice que no podemos cambiar nuestro estilo de vida?¿Quién dice que renunciar a algunas cosas es ir hacia atrás? ¿Podemos pasar sin lo dulce cuando nos diagnostican diabetes? ¿Acaso éramos felices cuando comíamos pasteles?¿Es que la felicidad, el placer está solo en las cosas dulces?.....
Bien, toda esta perorata viene a las reflexiones que me he hecho después de leer un artículo de Ecologistas en Acción de Canarias en el que explican que han solicitado al Ayuntamiento que reduzcan en un 80% el gasto energético del alumbrado navideño. Y a mí me parece que no faltaría imaginación para celebrar esas fiestas sin despilfarros y con la misma o más ilusión.
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