10/11/08

PONERLE PUERTAS AL HAMBRE

Hasta hace poco, la entrada de subsaharianos a la península se hacía de forma calmada, tan calmada e inofensiva que muchos de ellos llegaban -y siguen llegando- flotando sobre las aguas, sin vida. Otros llegaban y siguen llegando exhaustos, sin fuerzas ni para andar.

Así las cosas, los que recibimos esas noticias con interés, pensábamos: "pobrecitos". Pero ahora está ocurriendo algo "sorprendente": los pobrecitos cogen piedras y las tiran a los que quieren impedir que pasen a la tierra prometida. Y los pobrecitos se juntan hasta desencadenar una avalancha capaz de tirar la valla maldita que les separa del mundo de los vivos.

No se por qué, pero ante este cambio de actitud me ha venido a la cabeza algo que muchas veces me he preguntado: ¿Cómo fue posible la matanza de tantas personas por los nazis sin que se unieran para defenderse? ¿Cómo se dejaban conducir a su fatal destino sin oponer resistencia?
Seguramente hay explicaciones para éso, como también debe haberlas para que tantos millones de personas que mueren de hambre y de enfermedades no cojan cada uno una piedra y la tiren contra los que les impiden vivir. Y para que tantos millones de personas no se junten ni tiren con sus cuerpos las vallas que les mantienen prisioneros de su miseria.




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