¡Nunca me he sentido tan cerca de una monja! Si escucharla es un placer por la serenidad y la convicción, seguir el curso de su mirada y el balanceo de sus manos, todo en perfecta armonía con el mensaje que comunica, es algo que hacía mucho tiempo no veía en nadie.He escuchado por la radio a la doctora Teresa Forcades, de quien no había oído hablar y, sin verla, es decir, sin saber que llevaba hábitos, me ha subyugado por la claridad de sus argumentaciones -todas y cada una de ellas documentadas- sobre la Gripe A y su relación con los intereses económicos y políticos. Luego la he buscado por Internet y me he quedado sorprendida por su estado. Ella declara en el vídeo que puede hablar tan claramente porque su condición de religiosa la exime de seguir el dictado de la clase médica a la hora de hacer declaraciones. Su campaña para que se conozca la verdad -insiste que solo da datos contrastados y cita todas las fuentes-me parece de lo más ético y valiente.
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