Hay demasiado miedo a la psicosis colectiva. Hay demasiado miedo al desorden, a que no sigamos la línea prefijada, a que el control se escape de las manos de.... ¿de quién?. Hay infinidad de ejemplos que lo demuestran, pero hoy, día después del fatídico accidente de aviación en Madrid en el que han muerto tantas personas y otras están graves, hoy que el luto recorre España y parte del extranjero, hoy se me hace más patente que nunca al escuchar lo que una de las víctimas mortales dijo a su mujer desde el móvil: "No me dejan bajar". Era después del primer fallo del avión y cuando lo estaban revisando después de volver a tierra y antes del despegue final.
Nadie. Absolutamente nadie tiene el derecho de no dejar bajar de un avión parado y en tierra a un pasajero que quiere hacerlo. No se de derechos de aeropuertos, hablo de derechos humanos. Puede que las leyes establecidas amparen la prohibición. Puede que teman que si aflojan por una persona los demás se asusten y quieran también bajar. Y yo me pregunto: ¿y qué?. Se atrasa el tráfico aéreo... ¿y qué?
Hoy, día después del horror, los periodistas se preocupaban de saber si la gente no afectada iba a anular vuelos, si el suceso iba a tener repercusión en el "negocio". Y no. La gente no anula. La gente es muy macha. La gente sigue por el redil, sin desviarse un ápice. Todo está controlado, desde la atención física y psicológica de los familiares y heridos hasta la repetición incansable de que volar es el medio de transporte más seguro.
Hoy contemplo esta sociedad nuestra, tan "perfecta" y me dan ganas de vomitar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario