30/8/08

VOLVEMOS


Nos hemos ido. Física o mentalmente. En Agosto te vas aunque no quieras, aunque no te toque. Te vas por los poros de la piel, bajo una gafas oscuras y quizás una gorra, protegido de Lorenzo, de la vecina, de los curiosos y de los pelmazos. Te vas, porque tu calle ya no es tu calle o porque esos paisajes no son los de todo el año, ni esa gente, ni ese gesto despreocupado que nos transforma. Nos hemos ido y llenado de esos proyectos que no podemos soñar durante el resto del año, ni siquiera para el año nuevo en que bastante trabajo tenemos con organizar fiestas y comilonas. Ahora sí, este mes hemos tenido tiempo de soñar que somos otros, mientras nos torrábamos al sol o nos comían los mosquitos y, casi todas las veces que nos hemos descubierto imaginando otra vida, otra casa, otro trabajo, otra pareja... para nosotros, nos hemos creído que era posible. Sobre todo porque el milagro del cambio de calle, tan desierta como irreconocible, de vestimenta, de gente, ha sido posible.
Pero volvemos y para colmo de mala suerte el mes empieza en Lunes. De golpe el trabajo, las mismas calles atestadas, la misma corbata insoportable. Y nuestros poros, que no saben más que de transpiración, nos engañan haciéndonos creer que aún es Agosto, que aún estamos de vacaciones, que qué hacemos con esa ropa infernal metidos en un atasco de narices y escuchando pitidos y tacos de otros que, sentados tras el volante también esperan que tras el atasco encontrarán sus sueños.

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