Parece que hace falta muchas muertes para que nos conciencemos de que cuando está en peligro la integridad de una persona TODOS hemos de solidarizarnos y actuar en su defensa. No hay otra manera, la unión hace la fuerza y cuando las fuerzas de la víctima son tan exiguas como para soportar día tras día el maltrato, entonces más que nunca se necesita de los demás. Pero, por desgracia, aún hay quien considera que el maltrato de la pareja es un problema personal, privado y que quien se mete en medio es tonto o entrometido, como es el caso del profesor Jesús Neira. La defendida no solo no denuncia a su maltratador que, además propinó una soberana paliza al profesor que la defendió, sino que encima dice que no estaría en coma si no se hubiera metido.
Ante tan poca conciencia solidaria, ante tanta falta de empatía y de agradecimiento, el mundo se hace pequeño, triste, hostil. Hace falta escuchar otras voces, otras miradas, recordar la historia de la lucha por la igualdad de la mujer en nuestra sociedad, en el mundo, para seguir teniendo esperanza en que juntos podemos, juntas podemos, y que los frutos no son solo para nosotros, para nosotras, sino para las generaciones futuras.
Deseo un rápido y efectivo restablecimiento a Jesús Neira, deseo que la defendida se de cuenta del inmenso honor, de la inmensa suerte que ha tenido de encontrarse en su camino con alguien que la defienda, pese a unas consecuencias tan terribles. Y deseo que denuncie. Ella y todas las que sufren humillaciones y dolor. Por ellas mismas, por sus hijos e hijas, por todos y todas. Porque los problemas, cuando de maltrato se tratan, no son privados.
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