Es un domingo de Primavera con nostalgias invernales, vuelve el frío, las nubes nos tapan la luz que, no obstante se filtra, rebelde, a través de ellas, y se refleja en las gotas de lluvia que nos traen todos los colores del arco iris. Un domingo reivindicativo en Gavá, en que muchos y muchas ciudadanas hemos salido a la calle, a la montaña que nuestro ayuntamiento nos está vendiendo. Los globos amarillos subían al cielo como cientos de soles con una frase grabada: Salvem el Calamot! (a quien le interese el tema:
http://lesagulles.blogspot.com/) También han salido a la calle miles de personas en Madrid, reivindicando la vida, dicen. Una vida que muchas otras personas consideran no viable hasta un tiempo determinado. Pero las intransigencias hacen que unos nos queramos imponer sobre los otros y que lo que gane por la fuerza sea lo que nos vendan como verdadero, como razonable. Pero basta con que cambie ese equilibrio y los que hoy reivindican mañana manden, para que a las verdades y a las razones se les de la vuelta, como a las tortillas. Sobre todo éso he leído hoy un interesante artículo de Manuel Vicent Termina así: "Hoy es un domingo de primavera y hay dos clases de desayuno. Por un lado, café, tostadas, queso de cabra y alguna duda relativa; por otro, principios inalterables y ruedas de molino".
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