No es habitual en mí defender a la poli, puede que porque en mi juventud y no tánta, he visto abusos de autoridad y represión despiadada de ese cuerpo del estado al servicio no de la gente, sino de las órdenes del gobierno de turno. Imagináos lo que están obligados a hacer cuando dicho gobierno es dictatorial y a más señas fascista. A pesar de todo, nunca me han inspirado, esos agentes, más respeto que el que me merece alguien que hace lo que sea por tal de comer.
Pero el caso de hoy me ha encendido de una manera nueva: Agreden a unos policías por defender a una mujer que estaba siendo maltratada. Y nada menos que la primera en arremeter contra ellos es la agredida. ¿Increíble, no?. La anécdota es que no son españoles y lo primero que he pensado es que me parece perfecto que les detengan y les hagan ver que aquí éso no se lo vamos a permitir. Éste es uno de los aprendizajes que considero necesarios para los que vienen a este país a trabajar o a lo que sea. La defensa de la mujer es una de nuestras mayores conquistas y no vamos a renunciar a ella ni a pesar de esas mismas mujeres -españolas o extranjeras- que consideran su sumisión asunto privado.
retrocedemos como los cangrejos... pero más deprisa. No obstante, muchos seguimos contra viento y marea.
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