4/5/08

CRÍMENES

Que las personas, individualmente, seamos un peligro para cuanto nos rodea, ya es suficientemente triste -todos tenemos en la cabeza al llamado monstruo de Amstetten- pero que sean los gobiernos los que institucionalicen el asesinato, ya sea en forma de pena de muerte o en forma de guerras, es intolerable. Imagino que mucha gente se debe preguntar, como yo, ¿por qué los subditos de esos gobiernos les mantienen en el poder?. Sí, ya se que hay otras muchas personas que, a pesar de llamarse cristianas en lugar de poner la otra mejilla quieren el ojo por el ojo y el diente por el diente. Pero es que muchas veces esos asesinatos oficiales no responden a ninguna agresión del otro y aún así los consienten. Hace pocos días nos hemos enterado de alguien a quien el análisis de su adn le ha sacado de su largo cautiverio por un crimen que no había cometido. Tampoco habían cometido ningún crimen las víctimas de aquella guerra vergonzosa (como todas) que hoy comenta un reportaje de El País. Fue una guerra escabrosa que parece que pertenezca a los libros de historia, pero hoy hay mil guerras que nos están haciendo perder la dignidad de personas. Yo creo que las víctimas de tanta perversión ni necesitan venganza ni compasión, pero sí un enorme respeto y toda la ayuda del mundo.

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