Siento vergüenza ajena estos días en que el periódico El País se congratula de ser el único lugar en que se exhiben los vídeos de las corridas de toros de la feria de san Isidro. Y si me agergüenzo es porque suelo acudir a este medio de ínformación porque me parece que están por es desarrollo de las cualidades que nos definen como personas civilizadas. Pero el toreo en una tradición, costumbre, negocio, etc. que es de todo menos civilizada. No lo es divertirse con el sufrimiento descarnado de un animal que, pese a su naturaleza bravía se halla a merced de unos salvajes (desde el torero suicida hasta el espectador al que se le dispara la adrenalina ante el duelo, pasando por los que chupan de tanta algaravía).
Hay mucho por andar, todavía. Se que la agresividad que todos llevamos dentro ha de tener unos cauces, y yo animo a que sepamos encontrarlos, también divirtiéndonos, sin que en la realidad paguen otros por ello. Puede que una realidad virtual nos ayude en ese camino, no se.
(Imagen extraídade El País)
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