HERMOSO GAVÀ

Hay días, como hoy, que es una delicia vivir en Gavà. La carretera de la playa se ha convertido en un paseo por donde nos cruzábamos caminantes, ciclistas de todas las edades, caballos, carruajes, vestidos de lunares y flores en la cabeza. Además de la música y los aplausos que venían del campo de fútbol que por allí se ubica. No importaba que los coches se atascaran dando paso a toda la movida que, unos a otros, nos cedíamos el paso bajo este sol de Mayo. ¡Es la Feria de Abril! nos informaban algunas señoras con chal y flores. A un lado de la calzada, acampados con sombrillas, mesas, patatas fritas, paseillos... se sentía la algarabía de unas gentes que, nacidas o no en Andalucía disfrutaban de ese salero, esa alegría que aquí, en Catalunya no tenemos. Por éso me he alegrado, porque esa alegría se contagia, nos enriquece a los catalanes. Mi compañera de camino me hacía notar que es la primera vez que se celebra esa Feria en Gavà y que estaba muy bien y que no es éso lo que se va explicando fuera de Catalunya, que aquí no privamos a nadie ni de su lengua ni de su cultura. Pensaba que es cierto, mientras esquivaba los moñigos de los caballos y los ciclistas sin carril.