EMIGRANTES: LA ESPAÑA QUE OS ESPERA

No voy a hablar de fútbol, aunque hoy toque. Lo único que me afectó de la apoteosis de ayer es que no pude dormir hasta las dos de la madrugada. Ni me alegro ni me entristezco, simplemente no me interesa. Sin embargo, se me mueven todas las tripas cuando veo colas de inmigrantes tomando el frío o la lluvia en invierno y achicharrándose ahora para lograr que le den un papel que les permitirá ir a hacer más colas en otros muchos lugares, si es que consiguen la autorización de sus jefes para salir del trabajo. El artículo de Basilio Baltasar recoge con un ejemplo la odisea que representa querer traer a los padres a pasar unos días.