Si el susodicho marciano tuviera nociones de historia terráquea, creo que pensaría que se había equivocado de siglo y que estaba ante algo así como el circo de los romanos, en que los leones se comían a los cristianos. Pero su despiste sería total intentando saber quién es en la plaza redonda de la actualidad el león y quien el cristiano. Porque ahora, en esa plaza atiborrada de personas sedientas de sangre, la sangre es del animal y es de la persona.
Luego, suponiendo que el marciano explorador supiese leer, quedaría atónito viendo un titular de una prensa que muchos terráqueos consideramos seria, refiriéndose al duelo: "UNA BUENA TARDE PARA MORIR".
Me imagino al marciano dando cuenta a sus congéneres de la salud mental de los terráqueos.
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