Hemos alcanzado un nivel tal de progreso y sofisticación que nos olvidamos de que somos simples animales -racionales, a veces- pero animales, biológicos, aunque sea una redundancia, pero es que se nos olvida lo evidente: Necesitamos agua para estar vivos, como necesitamos alimentos -no necesariamente cárnicos, pues éstos son tan caros que para mantener vacas hemos de quitarles los cereales a los países pobres-
A lo que iba: ahora y aquí -El mundo-Europa-España-Catalunya-Barcelona-Gavà-Mi barrio-Mi calle-Micasa-Yo.... necesitamos agua y el cielo se empeña en no dárnosla. ¿Qué habremos hecho para semejante castigo?. No quiero pensar qué habrán hecho los millones de personas que mueren en todo el mundo por falta de agua potable. Pero ellos no creo que se hagan esa pregunta, y si se la hacen, seguramente no tienen los medios para vislumbrar y combatir los intereses políticos y económicos que les lleva a la muerte. Nosotros sí podemos hacérnosla, porque sabemos elucubrar -oigan las tertulias y lean los artículos de opinión- Pero ocurre que nosotros, en lugar de buscar las causas de la sequía o mejor dicho, de por qué gastamos más de lo que tenemos, y prever y buscar soluciones a corto y largo plazo, no se nos ocurre más que ir a los pocos ríos que aún llevan agua y traerla hasta nosotros. Ya se que se piensa en ello como medida de excepción, pero es que llevamos muchos años con la amenaza de sequía y en cuanto llueve un poco, nos olvidamos.
Gastar en prevenir, ésa es la cuestión. Gastar dinero en infraestructuras que respeten el medio ambiente y en concienciar a personas, empresas y entidades para no derrochar un líquido que vale más que el petróleo, que vale más porque sin él no podemos seguir viviendo.
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