14/3/08

NO SE PUEDEN PONER PUERTAS AL CAMPO

La justicia no se impone por la fuerza de las armas y menos por la represión de ideas y personas; la Historia nos lo hace más que evidente -si nos tomamos la molestia de echarle un vistazo- pero los humanos parecemos empeñados en no tenerlo en cuenta. Todos los regímenes que han querido probarlo han acabado en desastre, con lo que se han cargado los valores que les sustentaba. Hoy son los tibetanos los que aparecen en las noticias, rebeldes y masacrados, luchando desde sus convicciones no violentas, aunque los intentos de suicidio de dos monjes, como protesta de la brutal situación que sufren por parte del gogierno chino, son de una violencia aterradora hacia ellos mismos.

¿Vamos a aprender alguna vez? ¿Cree el gobierno chino -y otros igualmente represores - que se pueden poner puertas al campo? Con vallas, dirán, pero las vallas las tira el viento u otras inclemencias climatológicas o humanas. Es cuestión de tiempo.

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