El tema es delicado de comentar, sobre todo por alguien de mi edad, pero leyendo la noticia: Una de cada tres parelles ha de demanar un crèdit per casar-se me vienen algunos pensamientos como éstos: ¿Merece la pena hipotecarse por lucir un día un nivel de vida que no es el nuestro? Posiblemente -se me ocurre- que sea como vivir un cuento de hadas en donde el príncipe y la princesa se casaron y fueron felices y ... Los cuentos acaban ahí, pero la realidad es más descarnada y llega el día del retorno del ensueño (viaje de bodas), junto con las letras y la amenaza de la inseguridad laboral.
Por otra parte creo que todos tenemos derecho a tener nuestros sueños, pero creo que seríamos más felices si esa felicidad dependiera más de nuestro bienestar interior que de una mentira piadosa. Porque éso es, al fin y al cabo lo que es creernos nosotros mismos que somos príncipes y princesas. Creo que somos algo mucho más importante, somos seres capaces de soñar. Que esa cualidad no nos amargue la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario