22/3/08

UN GRANO DE ARENA

Mi hermana lo decía hoy: "Todos los extremos son malos". Nada más cierto y que me recuerda otra frase: "Los extremos se tocan".

Estos días en los que aún se conmemoran en España los días trágicos de la muerte de Jesucristo y se conmemoran con días festivos que los no creyentes también aprovechamos (son forzosos), parece que los extremos se intensifican.

Me explicaba mi hermana(yo ya no miro la tele) cómo lloraban y hasta qué punto se habían acongojado las y los que iban a sacar los santos en procesión y no podían por la lluvia. Ella decía que no entiende cómo pueden ponerse así, que lo que iban a sacar no eran personas, sino estatuas, que cómo es posible que se sufra hasta ese extremo por algo que no te afecta ni a tí ni a tus seres queridos. Yo asentía y recordaba el paroxismo a los que llegan muchas personas a través del fútbol. También a mí se me hace difícil aceptar -más que entender- que tanta gente ponga sus sentimientos en entes, dioses de un tipo o de otro, ya que ahí el abanico es ancho. Para cada persona encasillada en una creencia, del tipo que sea, ésa es la verdad y ahí está puesta su emoción y algunos dan la vida por ello. Mientras, olvidan al vecino que muere de soledad o al desdichado que no tiene que llevarse a la boca. Mientras dejan que el mundo gire solo, sin participar en mejorarlo. Despacio, humildemente, sin necesidad de llegar al extremo. Solo somos un grano de arena.

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