UN CISMA VERGONZOSO

No puedo creer que en un país como Catalunya se produzcan casi a la vez dos cimeras contrapuestas, en nombre, cada una de ellas, de la cultura universitaria. No puedo creer que las dos partes se mantengan en sus trece y, en lugar de juntarse todos y ponerse a dialogar y buscar un consenso, pasen los unos de los otros, como si los destinatarios no fuesen los mismos.

Como siempre, es el más fuerte quien mejor puede condescender a hablar y pactar con el débil. Pero parece que no hemos perdido el concepto de autoridad equiparado a intransigencia que heredamos del franquismo. Más bien al contrario, todos los males de la sociedad actual se les achaca a esos niños y jóvenes "mal educados", es decir, niños y jóvenes sin ceros en su cartilla escolar o sin unas buenas orejas de burro. Parece que el gobern también ha entrado en esa dinámica y se siente más fuerte si no da su brazo a torcer y no accede a escuchar y tener en cuenta las opiniones de tantos profesores y alumnos que están en contra del Pla de Bolonya que están diseñando para ellos. ¡Qué poca seguridad en sí mismo demuestra quien cree que tiene toda la razón y se niega a dialogar y condescender a otras razones que las propias! o ¡Qué miedo a que la derecha se les eche encima y les sigan acusando de todos los males por permitir tanto desmadre!

En todos los casos, ese cisma es una vergüenza para los que amamos la cultura y la democracia.