12/3/08
UN BLOGUERO DESCONCERTADO
Había una vez una cuentista que se cabreó porque un bloguero publicó un cuento suyo sin su permiso, a pesar que el bloguero había puesto un enlace a su página web. El cuentista, indignado, escribió al bloguero recprochándole su osadía. El bloguero se justificó ingenuamente diciendo que le había gustado el cuento y solo quería difundirlo. Una lectora del bloguer del bloguero llegó a insultarle ciciéndole ladrón. El bloguero quedó desconcertado. Era ingenuo realmente. No entendía que nadie se cabreara ni llamara ladrón a alguien a quien solo le había gustado un cuento y había querido difundirlo. Enseguida publicó el nombre del autor del cuento, pero seguía triste, decepcionado de intereses que le resultaban ajenos y.... cerró su blog sin despedirse.
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