No me acabo de creer la noticia. No es posible que en los hospitales públicos los curas formen parte de los comités éticos que deciden sobre los cuidado paliativos en enfermos terminales. Bueno, el alivio (egoísta, me digo) es que yo no vivo en Madrid y llegado el caso (que no llegue, dios mío!) no tendría esa espada de democles encima.
Pero, ¿cómo es posible que en un estado laico pongan en manos de esas personas los últimos momentos de otras? Porque esas personas parece que creen en el martirio del sufrimiento, lo quieren para ellos y para todo el mundo. Ellos pueden hacer caer la balanza en esos comités para alargar las agonías, no se si con la buena intención de que así se ganen el cielo, los pobres afectados. Pasan, claro está de que a esos afectados no les interese para nada ese cielo ni esa manera de ganarlo.
Espero que los madrileños se hagan oir.
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