8/4/08

UNA LLAMA QUE NO ARDE


¡Qué prepotencia afirmar que ninguna fuerza detendrá la llama olímpica en su recorrido por el mundo! Además, contando con el soporte de los ciudadanos del mundo. Yo no se si la llama va a seguir o no, ni si a la mayoría de los ciudadanos de ese mundo que están a favor de las olimpiadas no les importa lo que esté sucediendo en el país donde se celebra. Dicen que éso es meterse en política, pero parece que no quieren ver que cuanto ocurre en este mundo es político, en cuanto sean cosas manejadas por los seres humanos. Y suerte de la política que podemos pensar en lo que hacemos, las consecuencias de lo que hacemos y contar con las opiniones de todos los implicados, sean más fuertes o más débiles. Éso es lo que entendemos muchos por democracia o, si se prefiere, por el respeto de los derechos humanos. Por suerte, la civilización camina cada vez más hacia esa manera de relacionarnos y ese sentimiento y convicción la manifestamos de mil maneras, aunque las fuerzas -aunque sean grandes- represoras no reparen en emplear métodos para reprimirlas.

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