19/4/08

MALTRATOS

El maltrato psicológico o físico es una de las lacras del género humano, no solo actual, sino de siempre; no solo a las mujeres, sino a cualquier persona sobre la que el maltratador se siente con poder para hacerlo, sea por sus codiciones físicas o psicológicas, que le colocan a uno por encima y al otro por debajo. Lo curioso es que en muchos ocasiones (no en los casos de inferioridad física, por supuesto) se invierten los papeles, con lo que la relación se convierte en un juego perverso en que a la vez que los participantes sufren aparecen a los ojos de los demás como revolcándose en su propia miseria. La mayoría de las veces son conductas aprendidas, mamadas, diría yo, en el seno familiar y de las que los propios actores ni son conscientes. Simplemente consideran normal aquella forma de relación. Sufren y se rebelan por dentro, pero sin hallar la causa principal de aquellas situaciones que se suceden, anécdotas sin importancia que llevan siempre a las mismas convicciones: "tú no me respetas""tú no me quieres". Cuando esas ideas están tan arraigadas que siempre acaban contaminando cualquier suceso diario, se hace imposible la comunicación. No hay palabras para combatir unos sentimientos tan intensos como desesperados, tánto, que a veces se resuelven drásticamente.

Reconocer el círculo vicioso, la propia implicación, la propia incapacidad para salir de todo ello, es la única manera que nos puede abrir las puertas y pedir ayuda. Terceras personas podrán entrar en ese ambiente corrompido, abrir las ventanas, airear las estancias, introducir nuevas maneras de mirar, de entender, de expresar sentimientos de miedo, de impotencia, de necesidad de amor...

Acabar con esa lacra no es fácil, pero es que las personas somos algo tan complejo!

No hay comentarios: