No me puedo creer que Comisiones Obreras no apoye a las enfermeras a las que sancionan si no se ponen minifalda en el trabajo, aduciendo que es una cuestión de uniforme. Pero acabo de escucharlo por la radio de una de las implicadas. De momento la empresa les ha devuelto lo que les habían retenido por negarse a la medida retrógada y machista del o de los perturbados que, por lo visto, querían aumentar su clientela alegrándoles los ojos y la líbido con la exhibición de las atribuciones femeninas. A lo mejor lo querían hacer para curarles mejor, con métodos menos científicos que los que ofrece la medicina, pero entonces también podrían haber probado con pociones o imposiciones mágicas, que muchas veces funcionan, en lugar de recurrir a las carnes femeninas. Porque, además, ¿con qué iban a alegrar la mirada de las pacientes mujeres? No se ha hablado del atuendo masculino pero, a qué mujer no le alegran unos buenos bíceps o un buen pecho peludito? Pero por lo que se ve, han sido ÉL o ELLOS los que han tenido tan deslumbrante idea. Ojalá sean mejores en el cuidado real de sus pacientes.
¡Ah! Los de Comisiones Obreras, que se lo hagan mirar. Si más no, que ellas se hagan oir.
retrocedemos como los cangrejos... pero más deprisa. No obstante, muchos seguimos contra viento y marea.
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