En aquel Mayo del 68 yo no estuve. No fue por mi edad, pues a mis 21 años tenía toda la capacidad (teórica) de ser consciente del tiempo que vivía. Pero no, yo estaba en otra galaxia: el penoso e insoportable intento de desprenderme de todo aquello que, precisamente, todos aquellos jóvenes estaban intentando destruir en París. Pero yo no lo sabía y estaba sola en mi cárcel personal y que repito: yo no sabía que compartíamos tantos y tantas.Hoy, a mis sesenta, me emociono y reivindico lo que tantos han reivindicado y siguen haciéndolo, cada uno como puede, desde su edad, desde su historia, desde sus cárceles personales, pero siempre tratando de ir en contra de las corrientes putrefactas de egoísmos, de avaricia, de abuso de poder, sea cual sea la forma con que nos las quieren presentar.
Os paso la web de la Universidad Complutense de Madrid, donde celebran unas jornadas conmemorativas.
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