Las nucleares no son la solución a la crisis energética, lo sabemos todos y aún así hay quien las defienden a ultranza como una energía limpia y barata, además de moderna. Es curioso como las personas tropezamos una y otra y más veces en la misma piedra. No nos basta la certidumbre de que estamos llenando el planeta con unos residuos que no van a eliminarse en centenares de años, no basta con los accidentes nucleares que no han dejado de producirse desde que dichas centrales se empezaron a utilizar, no nos basta con saber que un escape incontrolado es o puede ser mortal o por lo menos cancerígeno (mortal o muy doloroso a más largo plazo)... no. Somos tan guais que llevamos a nuestros niños a contemplar un paradigma de tecnología, para que aprendan lo que es ser moderno y arriesgado.
El cuerpo humano es muy, extremadamente sensible y frágil y lo olvidamos con demasiada alegría. No nos basta con el silencio o las mentiras que los responsables (interesados) de instalaciones como esas nos comunican. Necesitamos que organizaciones no gubernamentales como Greempace o Ecologistas en Acción estén encima, controlando los errores que esos desalmados no quieren asumir. Por éso me alegro que haya dimisiones. Por éso se hace necesario un replanteamiento de hacia dónde queremos ir y qué coste queremos pagar. ¡Ojo! no solo lo pagaremos nosotros: ya lo han empezado a pagar nuestros niños.
Destituido el director de la central nuclear de Ascó tras una fuga radiactiva
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